El prestigioso letrado en materia penal, Cándido Simón, manifestó que Elizabeth Silverio, imputada de supuesta falsificación de títulos universitarios, fue arrestada «por ser poco agraciada, de tez morena y con cabello atípico».
Simón compartió siete consideraciones con los medios de comunicación en relación al caso de la mujer, a quien la comunicadora Nuria Piera acusó y tildó como la «eminencia de la neurociencia». La detención y el escándalo contra la señora Elizabeth Silverio por supuesta usurpación de la profesión de psicología terapéutica, solo se justifica por ser fea, negra y pelo malo, dos de cuyas características también me distinguen.
Ella ha intentado explicar a viva voz ante oídos inatentos que no es psicóloga ni la ejerce, sino una empresaria que contrata profesionales de la conducta quienes son los que aplican el innovador método de tratamiento terapéutico descubierto por ella para niños y niñas especiales.
En el caso de que la apresurada investigación resultare que ella ejercía la psicología terapéutica ilegal, la pena aplicable es de seis días a dos años de prisión correccional y una multa de hasta diez salarios mínimos del sector público que en promedio asciendo a la suma de apenas 136,850 pesos, por violación del artículo 32 de la ley 22-01 que crea el Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI) regula el ejercicio de la psicología en el país.
La ley no le impide a ella establecer esa empresa, como tampoco prohíbe que un empresario sea el dueño de un centro médico sin ser profesional de la medicina, un vendedor de autos sea propietario de una cadena de farmacias sin ser farmacéutico o un ingeniero sea el dueño de varios medios de comunicación sin ser locutor o periodista, siempre que en sus empresas trabajen médicos, farmacéuticos o comunicadores de oficio o profesión.